Iñaki Zubizarreta Tellería, antiguo jugador de baloncesto profesional que, después de pasar por el juvenil del Baskonia y por el Getxo de segunda división, jugó cuatro temporadas en el Cajabilbao, con el que consiguió el ascenso a la ACB. Siguió su carrera deportiva en dos ciudades históricas del básquet, Zaragoza y Valencia, donde jugó dos temporadas en cada una. En Zaragoza fue subcampeón de la copa del Rey y con el Valencia campeón de la misma. Después jugó en la categoría LEB en el Ciudad de Huelva, el Tenerife Canarias y en la UB La Palma durante tres temporadas, antes de cerrar su ciclo deportivo en primera autonómica en La Salle Bilbao en 2002. En total catorce temporadas dedicado a este deporte en cuerpo y alma.
Actualmente ejerce como masajista en Getxo, en su pueblo de toda la vida, en Vizcaya, profesión que compagina con su labor como divulgador conferenciante y activista en la detección y prevención del acoso escolar y la violencia en las aulas.
También es mentor de la Fundación Bepro que es una institución sin ánimo de lucro que desarrolla y financia programas de atención al deportista, coaching y mentoría académico-deportiva.
El ex jugador dio una charla el pasado 24 de octubre en el Auditorio del Palacio de Congreso de Jaca para concienciar tanto a jóvenes como padres sobre el bullying. Unos días más tarde quedamos con Iñaki para resolver algunas preguntas:
¿Cuál fue el punto de inflexión en el que te diste cuenta que podías ayudar a la gente?
“No fue un tema que partió de mí, sino que fueron circunstancias que sobre todo fue… yo suelo decir que hay dos personas en mi vida que me han rescatado en cuanto en mis peores momentos, cuando ha estado más oscuro, cuando veía que estaba absolutamente a tiro con este tema. El primero se llama Javier Pérez Arnaz, es un hombre que es psicólogo y fue el que me rescató, digamos, y es el que me dio y me mostro un propósito con toda la historia que he tenido y que es lo me decía, pues estaría bien que con todo lo que has pasado y como está saliendo y sacando las partes positivas pues el hecho de ayudar a gente que lo necesite, pues es el que me marcó el propósito y que me enganchó para hacer el tema de las charlas. Y luego por otro lado, que me ha dado las claves y me ha hecho aparcar toda la lacra que llevaba encima y sobre todo quién es mi mentor que es Jesús Bernas que es un hombre que es director de colegios en Alcalá de Henares, es un hombre que es experto en convivencia digital, todo lo que tiene que ver con Redes Sociales y sobre todo pues que tiene una formación emocional de más de 25 años, entonces han sido ellos los que me han puesto el propósito para sacar la parte positiva y luego el otro me dio los medios para tener las claves y gracias a ellos pues estoy haciendo lo que estoy haciendo de la manera que lo estoy haciendo”.
¿Crees que se deberían facilitar más ayudas desde las instituciones para luchar contra el acoso? ¿Con que mecanismos los emplearías?
“Yo creo que todavía, mira esto ya no es un problema de los centros escolares o de administración o de profesores, es un problema de personas que se dedican a una profesión, como puede ser la docencia, llevar un centro educativo, que hay gente que lo está haciendo francamente bien y lo dan absolutamente todo por los alumnos, pero por contra nos podemos encontrar con personas que no cumplen ese perfil y utilizan los recursos que hay hoy, como se llaman protocolos, que lo utilizan más que nada para protegerse ellos mismos como escudo, ese es el problema. O sea, está claro que recursos hay, la cuestión es el cómo se utilizan”.
¿Cómo actuar si somos testigos de acoso?
“Yo hablo mucho de romper la ley del silencio, ¿Qué es lo que mata? Los silencios. La gente que calla, la gente que, ten en cuenta que nosotros, tanto los adultos como los chavales somos responsables de lo que decimos y de lo que callamos, de lo que hacemos y de lo que dejamos hacer, pero por no convertirnos en chivatos hay mucha gente se calla y cuando realmente lo que se están convirtiendo es en cómplices. El hecho de informar o denunciar, no perdona, de informar o chivar son términos que están muy poco y mal trabajados, ya no solamente en los pequeños sino en los que peor llevan esta pregunta son los adultos. Seguimos programados con códigos que son absolutamente obsoletos y que hace falta un cambio ya, es una de las cosas que insistimos y trabajamos mucho tanto con mayores como adultos, el término chivar e informar, y sobre todo lo que es importantísimo es romper esa ley del silencio que es la que se está permaneciendo en el tiempo y siguen pasando historias, que por mucho que pasen los años, pues cómo fue hace 40 años la mía, hoy siguen siendo actualidad porque se sigue repitiendo exactamente los mismos mecanismos de antes y es eso lo que tenemos que cambiar”.
¿Es lo mismo un acosador pasivo que un testigo?
“Me parece que si no lo ves tienes un problema. El testigo depende de la acción que haga, puede ser un testigo el cual, si denuncia, si comunica, vale, es un testigo porque actúa, pero si ese testigo, que la gran mayoría de los chavales son testigos en primera persona de lo que están haciendo sino actúan y guardan silencio, son acosadores pasivos”.
A dónde quiero llegar es, ¿Cómo una persona debe atajar este tema? En el sentido de muchas veces la gente intenta defender a la persona que ha tenido acoso, puede conseguir un efecto rebote.
“Hay dos cosas que los acosadores utilizan francamente bien, dos herramientas que las hacen bien, la primera es el miedo, el miedo de si dices algo vamos a ir a por ti atente a las consecuencias. Y la segunda que utilizan es la mentira, porque te hacen creer, que si tú dices algo te conviertes en chivato, pero realmente en lo que te estas convirtiendo es en cómplice”.
Tienes alguna herramienta para los padres, en primer lugar, que su hijo no se convierta en acosador.
“Las herramientas que vengan a la charla y que lo vean, no hay una fórmula mágica, yo cuando hago las charlas, no voy aleccionando a la gente, lo que les hago es pensar. ¿Qué están haciendo y qué es lo que están dejando de hacer? Y luego cada uno toma sus decisiones”.
¿Crees que es básico para detectar el acoso en un hijo?
“Aquí es lo que necesitan los chavales, primero un espacio seguro y alguien que les escuche, pero de verdad, con los ojos. Normalmente que es lo que pasa, que hay estancia, pero no hay presencia. Cuánto tiempo se comparte con un chaval, casi nada, tú piensa que en un curso escolar (lectivo) en horas, no sé si son 1.100- 1.200 horas al año. Y tú ten en cuenta que, en redes sociales, el tiempo que invierten los chavales de media son 5- 6 horas al día, son más de 2.100 horas lectiva, o sea, reales que están utilizando el teléfono móvil. Están utilizando más el doble de tiempo con la tecnología digital que realmente en formarse. No se invierte absolutamente nada en darles las herramientas para que puedan ser cyber ciudadanos de bien y les estamos dando toda la información sin tener ni la madurez, ni la capacidad para poder procesar toda la información que reciben de una forma sana”.
Algo que veas que tiene que cambiar la sociedad en los mayores para luego cambiar en los pequeños, algo general.
“Podría estar horas hablando de esto. No hay una fórmula mágica, todos tenemos un tiempo, tenemos un proceso, tenemos unas circunstancias y todos tenemos cosas diferentes que contar. No hay una fórmula de decir esto es así, cada persona es un mundo y nos tendremos que adaptar a lo que hay”.
¿Crees que hay algún aspecto que haya mejorado con el paso de los años con este tema?
“En que hoy en día tiene nombre y tiene más visibilidad”.
El baloncesto fue un gran aliado, ¿Qué aspectos del deporte fueron los que más te ayudaron y qué te enseñó?
“El baloncesto lo primero que me dio fue una identidad cuando no era nadie, más que un recipiente para recibir insultos, humillaciones, desprecios y esa mierda. Y me dio primero una identidad, primero como jugador y luego como persona, luego me ha enseñado lo que es la constancia lo que es el trabajo, lo que es el sacrificio, lo que es el día a día y que por mucho que trabajes, por mucho que puedas currártelo, el hecho de llegar a la meta, quizás no llega. Yo tuve la suerte de llegar, pero hay muchos que no, tienes que valorar que por mucho que a veces nos frustremos porque no conseguimos nuestras cosas, ya no depende tanto de ese final sino de la persona que depende de conseguirlo y la vida cada día te va poniendo metas o retos constantemente y nos tenemos que convertir en a persona que necesitamos”.
¿Has encontrado alguna otra actividad que te haya ayudado y que no sea deportiva?
“A mí la actividad me gusta mucho, me gusta mucho los comics, me gusta mucho dibujar, me gusta mucho escuchar música y todo suma, todo lo que te pueda aportar, siempre suma y apoya. Pero vamos que a quién le va bien el deporte, a mí me fue muy bien, me hizo ver ya más que todo ese complejo que tenia de mi cuerpo, tan tóxico que pensaba que era un monstro por el tamaño que tenía, pues resulta que tenía la herramienta con la que podía hacer una carrera deportiva. Al final todos tenemos cualidades que podemos explotar y que nos pueden explotar, me refiero que nos pueden ayudar de una manera sana y tenemos unos dones que no tiene por qué ser hacer deporte sino que todo lo que sea poder sumar y te ayude a ser, siempre va a ser positivo”.
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