Pep Cargol es historia del baloncesto. Jugador, entrenador y director deportivo, menos arbitrar ha hecho de todo en el baloncesto. Se podría decir que ha conocido el baloncesto profesional desde casi todas sus aristas. Además de un icono del baloncesto, Cargol también forma parte de la familia de Give&Go Sport. Lleva dos años ejerciendo como entrenador en nuestros campus de verano y, aunque aún no ha jugado en ningún Over40, sí hemos podido contar su presencia en los partidos de Leyendas del Basket y no se suele perder ninguno de nuestros eventos y charlas.
Menos arbitro has estado en todo, ¿Qué es lo que más te ha gustado?
(Se ríe) Lo que más me gusta es jugar, es lo que me apasiona. Desde niño, eso era todo para mí, jugar al baloncesto. Cuando era pequeño, iba botando al colegio y volvía botando. Encima del garaje de mis padres había una canasta, así que, por supuesto, jugaba mucho. Esa pasión y entusiasmo me han acompañado siempre.
Las otras facetas de mi carrera han sido evoluciones naturales a lo largo de mi vida y las circunstancias que me han acontecido. Me encanta entrenar, trabajar con los jóvenes, ver su progreso individual y su mejora. Llegar a ser entrenador de ACB me permitió disfrutar de la alta competición, que es algo que también me atrae. El baloncesto es el denominador común en todas mis experiencias.
Creo que mi manera de pensar y de actuar, mi capacidad organizativa, me ha permitido liderar grupos y equipos, lo que me llevó a ser director deportivo. Cada una de estas etapas ha sido apasionante y gratificante para mí.
Pero, ¿con cuál te quedas?
Sin duda, jugar al básquet. Aunque, el denominador común siempre es el baloncesto y el aspecto competitivo. Pero lo que más me gustaría sin duda, es poder volver a jugar.
¿Eres una persona competitiva?
Me gusta hacer las cosas bien. Dedicar tiempo a prepararlas, organizarlas y establecer parámetros y filosofía para que luego funcionen correctamente. Para mí, el proceso es mucho más importante que el resultado final.
A menudo, la competitividad se asocia con ganar, pero también hay muchas personas que no logran victorias. Para mí, la clave está en el proceso, en ser capaz de poner todo lo necesario: trabajo, esfuerzo y dedicación. El proceso marca la diferencia.
Aunque soy competitivo, mi enfoque no está en el resultado, sino en el proceso y todo lo que implica.
Tu carrera es muy larga, pero si tuvieras que escoger un lugar que te ha marcado más que el resto, ¿Cuál sería?
Bueno, creo que cada uno de los sitios en los que he jugado, no solo clubes, sino también personas y ciudades, han aportado cosas a mi manera de ser. Pero, creo que me hice hombre y evolucioné de ser un niño a una persona adulta en el Real Madrid. Fueron casi 10 años ahí, y eso dejó una huella significativa en mí. Los valores, la manera de competir y de relacionarme con mis compañeros, son aspectos que siempre me han acompañado.
Después de mi paso por el Real Madrid, he jugado en muchos otros lugares, ciudades y países, y todos han contribuido a mi forma de ser y han moldeado mi vida.
Pep, ¿Cómo llegaste a Give & Go?
A través de la amistad, llegué a conocer a Quique Ruiz-Paz. Después, mediante la coincidencia de valores, ideas y la pasión por Give & Go, he participado y formado parte de las actividades que han organizado. La afinidad, complicidad y la coincidencia con los otros integrantes de Give & Go han hecho que lo haya pasado genial estando, participando y compartiendo con ellos. Básicamente, ha sido la coincidencia en nuestros valores y pensamientos lo que nos ha unido.
Además, ha sido una oportunidad para reconectar con antiguos compañeros y personas que hacía mucho tiempo no veía. Hemos compartido anécdotas y experiencias. También me ha brindado la oportunidad de conocer la realidad de compañeras, como Mónica y Piluca, con quienes antes apenas tenía contacto. Ha sido muy gratificante conocer y escuchar sus historias y cómo vivieron aquellos tiempos en los que coincidíamos en el mundo del baloncesto, pero con realidades muy distintas.
¿Qué es lo que mas te gusta del Campus de Give & Go?
La idea de dar calidad. De dar la mejor calidad y herramientas posibles para que cada jugador o jugadora que participe en el campus viva una experiencia única y provechosa. Desde el primer día, he visto esa idea en el campus. Como son los entrenadores, la organización y la aproximación a los entrenamientos, es de muy buen nivel y positiva.
La ilusión es que cuando los jugadores salgan del campus, hayan aprendido. Que disfruten y mejoren como jugadores y jugadoras de baloncesto. Mi objetivo es que conozcan al baloncesto. El diálogo que ocurre en la cancha. Con el balón, los compañeros y el rival. Es importante que comprendan esa conversación para anotar canastas o evitarlas. Hablar ese lenguaje es clave para entender el juego.
¿Qué es lo más importante de enseñar básquet?
Entender el juego del baloncesto, el juego en equipo es fundamental. Ayudar proporcionando lecturas e ideas para que se comprenda mejor la importancia de realizar determinados movimientos al botar el balón, buscando obtener una ventaja. Para mí, lo más importante es ayudarles a tener una visión global de lo que sucede en una cancha de baloncesto. Quiero que comprendan de manera integrada lo que ocurre, lo que hacen y por qué lo hacen. Así, podrán tener un enfoque más completo y profundo del juego.
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